¿Construir democracia haciendo trampas en el juego democrático? 

Por César Ricaurte

Durante el régimen de Rafael Correa la campaña electoral de su movimiento Alianza PAIS era permanente. Comprendía el uso masivo, abusivo y sistemático de fondos públicos, ante autoridades electorales que se hacían de la vista gorda u operaban a favor.

Hoy eso ha cambiado.

Pero, lo que revelan los reportes de FUNDAMEDIOS es que, lejos de que los distintos actores políticos se comprometan a respetar por igual las reglas del juego democrático, existe una competencia de quién viola “más y mejor” las leyes y reglamentos. Esto, ante la mirada pasiva de las autoridades que rigen un Poder del Estado, pero se declaran impotentes para el control y la sanción. Según la interpretación de funcionarios de varios niveles del CNE y del TCE que hemos recogido, la Ley limita esas funciones.

Se puede votar por candidatos y partidos y aquí no se salva casi nadie. ¿Qué hacen de la trampa una  rutina de la violación de las normas electorales un modo de vida? ¿Qué se puede esperar de esos candidatos como autoridades?

Es evidente que las reglas electorales construidas a la medida del correísmo para  limitar al máximo las posibilidades de la oposición para llegar al poder son una camisa de fuerza y deben ser reformadas a profundidad.

Eso no es justificativo para que las distintas fuerzas políticas que se declaran democráticas y respetuosas del Estado de Derecho, las libertades y derechos fundamentales, jueguen bajo el principio de que “todo vale” para llegar al poder, convirtiendo lo que debería ser una competencia democrática racional en un campo de guerra. Sucia o menos sucia, pero guerra al fin.

Como sociedad civil, creo que es importante pronunciarse y condenar estas conductas nefastas que alimentan un déficit democrático que, lejos de haberse solucionado durante esta transición, parecen profundizarse. Día tras día.  Además, hay que plantear a los actores políticos la necesidad de que ya es hora de convertir la política en otra cosa, que el modelo de trampa y violación sistemática de las reglas nos ha conducido al callejón sin salida.

Y como ciudadano, no como vocero de una organización como Fundamedios, mi posición es que debemos castigar a la política y a los políticos tramposos. Darles el mensaje de que la política en Ecuador debe dar un giro de 180 grados, sin desvíos ni demoras.

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Publicado por César Ricaurte

Para empezar, no se trata de un empresario poderoso sino un periodista de veinte años de ejercicio que en 2007 fundó con otros periodistas una de las organizaciones de libertad de libertad de expresión más importantes de América Latina, Fundamedios. Padre, activista, periodista en receso. Melómano y audiófilo. Viajero incansable. Amante de los gatos.

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