A confesión de parte

Entiendo que el episodio de la lista negra de escritores suma en el descontrol al señor Oviedo, que incluso escribe mal mi apellido. Pero indignación es lo que sentimos muchos ecuatorianos al saber de la existencia de una lista negra de escritores vetados.

Lo interesante del comentario de Alexis (de forma amigable) es que admite la existencia de una lista negra de escritores vetados. Aunque nos dice que él no coordina tal lista…


A confesión de parte, relevo de prueba, podríamos decir.


De mi parte, puedo señalar que la información publicada se sustenta en documentos y fuentes confiables cuya información fue verificada. Qué, además, no estoy calumniando a nadie ni menos al señor Oviedo pues ni le estoy atribuyendo la autoría de delito alguno ni lo estoy insultando. Así que las amenazas están demás.


Creo que en este momento la carga de prueba corresponde al otro lado, pues al manejar recursos públicos están obligados a explicar al país qué criterios se utiliza para invitar escritores a los eventos organizados por el Ministerio, si existe algún criterio de pluralidad o de exclusión, si se censura por motivos ideológicos o políticos y peor aún si el veto es consecuencia de la defensa a la libertad de expresión, al haber firmado un comunicado condenando la sentencia en contra de El Universo.


A estas alturas, es claro quiénes deben dar explicaciones sobre la existencia de una lista negra y la consiguiente censura a un grupo importante de escritores e intelectuales.

Publicado por César Ricaurte

Para empezar, no se trata de un empresario poderoso sino un periodista de veinte años de ejercicio que en 2007 fundó con otros periodistas una de las organizaciones de libertad de libertad de expresión más importantes de América Latina, Fundamedios. Padre, activista, periodista en receso. Melómano y audiófilo. Viajero incansable. Amante de los gatos.

3 comentarios sobre “A confesión de parte

  1. Señor Ricaurte

    ¿En que parte de mi comentario dice que admito la existencia de listas negras? Para favorecer sus intereses «periodísticos», usted inventa que mi comentario admite su imaginada lista negra.

    Imagino que el Ministerio de Cultura le responderá respecto de su artículo. Personalmente, quiero que usted me demuestre con documentos que yo coordino la lista negra que usted en su malicioso artículo asevera.

    Por suerte, en las redes sociales ya hay un veredicto, incluso por parte de confesos escritores «anticorreistas», tanto de mi comportamiento profesional cuanto de su credibilidad…

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  2. Estimado César, francamente es inaudito creer que alguien con el espíritu y talento de Xavier Oquendo se preste para el tipo de acciones que usted saca a relucir (claro que no le menciona, sólo direcciona la atención del lector al dato del mail del cual procede la mentada lista -algo que por cierto puede llegar a ser muy factible de manipularse o descontextualizarse). Luego, habla de que «puedo señalar que la información publicada se sustenta en documentos y fuentes confiables cuya información fue verificada», sin embargo no ahonda en esos documentos ni los ofrece; lo cual -el presentarlos- no estaría mal pues (y especulo un poco) a algunos de sus lectores bien podría resultarles todo esto en una trapacería.

    Con mi mejor y más cálido saludo,

    César Eduardo Galarza

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